
Créditos: Xavier Haubois (Observatoire de Paris) et al. —
Fuente: APOD 06/01/10
Betelgeuse –/bitelshus/–, es una de las pocas estrellas que están resueltas. La mayoría de las estrellas se ven como puntos; si no se ven como puntos es porque suele haber algún efecto de no deseado que las agranda. Al ser observada de una forma en particular, mediante interferometría, Betelgeuse es una de las pocas estrellas que podemos ver como un círculo y obtener información sobre distintas partes de su superficie.
Y Betelgeuse es enorme, por eso –en parte– es posible resolverla. ¿Qué tan grande es? Depende de la distancia a la que se encuentre. ¿Y cómo calculamos la distancia a algo fuera del Sistema Solar? Depende de qué tan lejos esté el algo en cuestión.
El Sistema Solar es pequeño –tiene 27.000.000.000 kilómetros de diámetro– y, en la práctica, hablar de la distancia de un objeto fuera de él a la Tierra o al Sol es lo mismo, ya que las diferencias que resultan irrelevantes. Sin embargo, la dirección hacia los astros cambia durante el año como reflejo de la traslación de la Tierra, y si están lo suficientemente cerca, es posible medir la variación. Luego, conociendo el radio de la órbita de la Tierra alrededor del Sol –que lo conocemos–, obtener la distancia es tan fácil como resolver un triángulo: una tarea de matemática de la secundaria.
Para obtener la distancia a Betelgeuse usamos, entonces, su paralaje anual, que es la forma sofisticada –y corta– de decir lo anterior. No obstante, aun con este método que brilla por su precisión, la medición de la paralaje siempre tiene asociada un error que se propaga a la distancia que se intenta calcular. Así los astrónomos nos dicen que Betelgeuse está a 643±146 años luz, es decir que su distancia tiene un error relativo del veinte por ciento: que puede estar a cualquier distancia entre 497 y 789 años luz. Para darle un poco de contexto: si un carpintero nos dijera que su precisión para hacer muebles es del veinte por ciento, significaría que la mesa de un metro que le pedimos podría medir algo entre ochenta y ciento veinte centímetros.
Resulta que gracias a un satélite que funcionó entre 1989 y 1993, el Hipparcos, tenemos un catálogo con distancias bien determinadas a estrellas dentro de una esfera de mil años luz de radio. Ahora los europeos están por enviar la sonda Gaia, sucesora de Hipparcos, que entre otras cosas pretende calcular con gran precisión las distancias a objetos que estén más cerca que treinta mil años luz. Considerando que nuestra Galaxia tiene alrededor de cien mil años luz de diámetro, es bastante impresionante.
Pero, ¿cómo sabemos que la Vía Láctea tiene cien mil años luz, si la paralaje no puede medirse tan lejos?
Este artículo es el segundo de una serie sobre la pregunta ¿dónde está la Tierra?.
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