
El funcionamiento de las estrellas, a los ojos de muchos, está bastante resuelto: bolas de gas donde una porción relativamente pequeña de su masa convierte en elementos cada vez más pesados -más abajo en la tabla periódica- hasta que no puede más. Su destino final, con todo lo que le pase por el medio y el tiempo que le tome, dependerá principalmente de la masa con la que nazca. Son una de las pruebas de que la relatividad de Einstein funciona bastante bien y están lejos: una cosa es el Sol, a ciento cincuenta millones de kilómetros de la Tierra —tan cerquita—, otra cosa cualquier estrella arbitraria, a una distancia entre los cuarenta billones y los cien mil trillones de kilómetros. Y hay muchas: tomar la cantidad de granos de arena en un puñado, multiplicados por la cantidad de puñados de arena en una playa y por la cantidad de playas en la Tierra es —probablemente— quedarse corto.
Por cada estrella que observamos, una pequeña fracción del total que hay en el universo, obtenemos un poco de información y, a partir de ese poco mezclado con muchas, aprovechamos la estadística y sacamos conclusiones. Como la estadística susceptible a ser abusada y la precisión de las observaciones es limitada, hay conclusiones serias y otras tomadas de los pelos. Pero, en general, hay varias cosas seguras, como el principio y el final de la vida de una estrella; lo que pasa en el medio es complicado y requiere de un hilado más fino —como lo necesitaba el éter a finales del siglo XIX—.
Con el Sol es más fácil, está cerca y no solo se obtienen más y mejores datos, sino que mayor variedad. Sin embargo, la situación se voltea y todo el tiempo loscientificosdicenqué no saben que pasa: que la corona tiene una temperatura mayor que la superficie del Sol, cuando debería —¿debería?— ser menor, o que este último máximo solar está siendo menor de lo esperado —¿tiene que responder a nuestras expectativas?—, entre otras —tantas— cosas.
Y de las estrellas saben un montón.
Entonces el Sol es una estrella, pero parece que para los que saben una cosa son las estrellas y otra cosa es el Sol.
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