La astronomía –y las ciencias en general– tiene las cosas complicadas desde el vamos. ¿Nunca se preguntaron qué hace un astrónomo, si la astronomía tiene salida laboral, o de qué trabaja un astrónomo? Porque un astrónomo tiene trabajo, tiene que trabajar; ¿trabaja? Algunas cosas aparentan ser lo que no son, pero éste no es el caso: los astrónomos trabajan. Esas preguntas no son malas, todo lo contrario. Ninguno de los que preguntan esas cosas es responsable de que en la escuela tengan –o hayan tenido– una materia como Ciencias Naturales donde lo último que se hace es aprender sobre ciencia.

Ciencia en la escuela suele ser leer textos de un libro o ver un video, que nos pregunten algo y poner play para responder; cuando en realidad debería ser preguntar y experimentar, y preguntar de nuevo y experimentar de nuevo. En el caso particular de astronomía, memorizarse el nombre y el orden de los planetas tristemente es una de las cosas básicas: Mercurio, Venus, Tierra, Marte, Júpiter, Saturno, Urano, Neptuno. Ocho planetas; ni nueve, ni trece, ni cuarenta y seis: ocho.
–Pero antes eran nueve.
–Pero ahora son ocho, y los tenés que saber.
Porque saber un nombre más –o un nombre menos– te hace mejor –o peor– que cualquier otra persona. No importa que, a pesar de estar más cerca del Sol, la temperatura media en la superficie de Mercurio sea menor que la de Venus; o que en la superficie de Venus haya la misma presión que a un kilómetro de profundidad en un océano de la Tierra; o que Marte nunca se pueda ver tan grande como la Luna; o que gracias a la atracción gravitatoria de Júpiter el cinturón de asteroides existe; o que la densidad media de Saturno sea menor que la del agua; o que el eje de rotación de Urano esté extremadamente inclinado; o que la luna más grande de Neptuno gire en el sentido contrario a la rotación del planeta. No, tenemos que saber decir: Mercurio, Venus, Tierra, Marte, Júpiter, Saturno, Urano, Neptuno
–y Plutón.
–Plutón no es un planeta. Desaprobado.
No por nada nada, la gente después piensa que en nuestra carrera hay materias donde tenemos que aprender de memoria los nombres de las estrellas y de las constelaciones. Quizás, hay cosas más interesantes y más útiles sobre astronomía que los nombres de los planetas y su orden que se podrían aprender. Los invito dudar sobre si los nombres de esos ocho planetas, de las ochenta y ocho constelaciones estándar o de las estrellas más brillantes –que son las únicas con nombres que no parecen números telefónicos– son relevantes o no.
Sin despreciar la historia que llevan los nombres de los cuerpos celestes, ¿Qué cambiaría, por ejemplo, si Marte se llamara Mariano, Daniela o Alfredo? ¿Dejaría de ser rojo?
A mi me dio lastima despedirme de Pluton.
La verdad Juan es una lastima la decadencia de la educacion. Pero esta en la familia y en uno mismo saciar las dudas y mejor aun que aparezcan.
¿Sabías que si pusieras a Plutón donde está la Tierra le crecería una cola?
Digamos que también hay que ser justos en el sentido de que, probablemente, la astronomía en las escuelas no está decayendo, sino que siempre está igual.
The Pluto Files:
http://fora.tv/2009/02/04/Neil_deGrasse_Tyson_The_Pluto_Files
Son geniales sus charlas