El universo se expande. Se expande cada vez más rápido; de ahí el nombre «Expansión acelerada«.
Bueno, eso pensamos. Cierto o no, es lo que se interpreta de las observaciones del cielo -cosas que no se pueden apreciar sólo mirando el cielo con los ojos, cabe aclarar-.
La razón de ésta aceleración, aparentemente, es la Energía Oscura (que no debe confundirse con la Materia Oscura). ¡Qué nombrecito! Le podrían haber puesto Pedro, después de todo no se sabe exactamente que es. Pero no hubiese sido un nombre tan pegajoso.
Aparentemente, todo esto va a continuar indefinidamente. A cada momento que pasa, la distancia entre las galaxias se está haciendo más grande. Va a llegar un punto, dentro de mucho tiempo, en que la única luz que llegue del cielo será la de nuestra galaxia, la Vía Lactea.
Imagínense una civilización en esa época. La gente mirará al cielo y probablemente no tenga ninguna manera de descubrir las cosas que nosotros sabemos de él, simplemente porque no tendrán forma de darse cuenta de que hay más cosas que los objetos que componen nuestra galaxia.
Ahora, volvamos para atrás un poquito, a nuestra era. Apuntamos telescopios para arriba, enviamos satélites y gente al espacio y decimos un montón de cosas sobre el Universo y las creemos más o menos ciertas. Pero al final, puede ser que estemos completamente equivocados, simplemente porque somos como esa civilización del futuro, que no tiene absolutamente ninguna forma de ver cómo es el Universo donde viven. El mismo Universo en el que nosotros vivimos ahora.